Con el correr de los días, la Guerra Comercial Estados Unidos-China se intensifica aún más. Los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump, anunciados como parte de su llamado «Día de la Liberación», consisten en gravámenes recíprocos aplicados a más de 185 países.
Entre los países más afectados se encuentra China, con un arancel del 145%, y aquellos de la Unión Europea, que enfrenta un recargo del 20%. En otros orientales como Vietnam y Bangladesh, las tasas llegan al 46% y 37%.
Esta postura por parte del republicano puso el foco en el interés de varios países por los activos digitales, más aún de aquellos países que se ven afectados por las medidas de Trump.
CBDC: otra vez en el foco de interés
Donald Trump es un ferviente negador de las monedas digitales emitidas por los Bancos Centrales, CBDC. Sin embargo, algunos países piensan estos activos como un recurso que, a futuro, será opción a la que recurrirán la mayoría de los inversores.
A nivel global, más de 134 países están desarrollando monedas digitales, con 68 en etapas avanzadas de exploración, pruebas piloto o lanzamiento.
A diferencia de las criptomonedas, las CBDC son monedas digitales emitidas y respaldadas por un banco central, manteniendo el mismo valor que la moneda fiduciaria (cómo el dólar o el euro), pero en formato digital. No deben confundirse con activos especulativos, sino como una herramienta de acceso al dinero y un medio de pago eficiente en el entorno digital.
Esta acepción incentiva a muchos países a adoptar este tipo de tokens por sobre otros más volátiles, como es el caso del Bitcoin. Asimismo, los expertos sostienen que las CBDC proporcionan una infraestructura moderna que mejora la eficiencia, seguridad e inclusión digital.
Las CBDC, la nueva guerra económica
El interés por las CBDC resurgió en varios países estas últimas semanas, un fenómeno que responde, en cierta medida, a la volatilidad macroeconómica mostrada por la guerra comercial de Estados Unidos con múltiples países orientales, principalmente China.
Algunos de los casos que avanzaron en sus respectivos proyectos recientemente son Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), con pruebas piloto avanzadas. Por su parte, la Unión Europea está desarrollando una plataforma de pagos digitales propia. Con esta iniciativa busca reemplazar las firmas estadounidenses y chinas como Visa, MasterCard, PayPal y Alipay.
Por su parte, los países que integran los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) buscan crear también su propia plataforma de pagos, con moneda digital, incluida: BRICS Pay.
¿Cuál será la postura de Argentina?
Durante el año 2023 el ex Ministro de Economía argentino, Sergio Massa, propuso la creación de una moneda respaldada por el Banco Central de ese país.
Sin embargo, con la llegada de Javier Milei a la presidencia, la idea de un ‘peso digital’ quedó automáticamente descartada. Milei llegó a afirmar que las CBDC representan una «extensión del control estatal sobre la economía», algo que considera incompatible con su visión de un sistema financiero más libre. Según sus declaraciones, perpetúan lo que él llama «la mayor estafa de la historia de la humanidad: los bancos centrales».
No obstante, en la coyuntura económica actual, la existencia de un peso digital argentino podría ofrecer ventajas en el sistema económico. Según el director de Bitso Argentina, Julián Colombo, «mejoraría la eficiencia en pagos y transferencias, trazabilidad fiscal y una mejor ejecución de políticas sociales mediante transferencias directas. Incluso, podría contribuir a reducir la informalidad y mejorar la recaudación».
«No obstante, en un país donde hay una baja confianza en su moneda la fuga de capitales hacia otras formas de dinero (ya sea cripto, stablecoins o dólares físicos) se aceleraría si el acceso al peso digital expone más aún la fragilidad de la política monetaria. Sin un marco claro de confianza, un ‘peso digital’ terminaría siendo algo más de marketing que transformador», concluyó.