Las finanzas descentralizadas (DeFi) alcanzaron su momento principal a partir de 2020. Este mercado promete acercar las criptomonedas a los inversores, especialmente a aquellos denominados “desbancarizados”. Sin embargo, el concepto de DeFi no es algo nuevo ni una moda pasajera. La tecnología tiene más de 10 años y sigue evolucionando cada año.
No obstante, como todo mercado innovador, las DeFi todavía se abordan con muchas dudas. ¿Qué es DeFi? ¿Qué hacen? ¿Qué soluciones quieren aportar a qué problemas? Y, principalmente, ¿cuáles son las ventajas y riesgos que ofrece este nuevo mercado?
“Las DeFi se alejan de las Finanzas Centralizadas (CeFi) garantizando una mayor seguridad y capacidad de innovar sin barreras. Actúan en redes globales, inmutables, públicas, descentralizadas y de código abierto que son las blockchains, llevando a muchos de los productos y servicios desarrollados en ellas todas estas cualidades, creando un abanico infinito de posibilidades hasta ahora inimaginables”, explicó el Portal DeFi.
En resumen, las DeFi buscan emular mecanismos del mercado financiero tradicional. Sin embargo, el objetivo es hacer las finanzas más accesibles y menos dependientes de grandes instituciones. Y para esclarecer cómo lo harán y cuáles son los principales proyectos de DeFi, iniciamos esta nueva serie en CriptoFácil: ¿Qué es DeFi? Acompáñanos a aprender sobre otra innovación en criptomonedas.
DeFi y sus Orígenes
Como casi todo relacionado con las criptomonedas, las DeFi comenzaron con el protocolo de Bitcoin. La creación de Satoshi Nakamoto surgió como una forma de pago que no dependía de bancos ni gobiernos para ser utilizada. Cada usuario podía tener su propio banco y billetera. Por eso, Bitcoin fue la primera aplicación de DeFi exitosa.
Sin embargo, las limitaciones de Bitcoin hicieron que su uso se restringiera a eso. Otras aplicaciones que hoy se asocian con DeFi no podían ejecutarse en el blockchain de Bitcoin. Se convirtió en un gran éxito como una moneda fuerte, inconfiscable y libre de influencias políticas. Pero se necesitaba más.
Ethereum y DeFi: El Matrimonio Perfecto
Fue solo con la aparición de Ethereum que aplicaciones más complejas pudieron ejecutarse en la blockchain. Con esto, el camino estaba despejado para que el mercado se desarrollara. Así surgió otro ejemplo de DeFi: las Ofertas Iniciales de Monedas (ICOs).
Las ICOs permitieron que las empresas pudieran captar dinero sin depender de préstamos bancarios o de la apertura de capital en bolsa. Por otro lado, los inversores podían comprar los tokens emitidos por ellas, convirtiéndose en socios de las empresas y ganando con la valorización de los tokens. De esta manera, las ICOs descentralizaron el mercado de capitales.
El mercado de ICOs tuvo su gran momento en 2018. En ese año, varios proyectos utilizaron esta modalidad de inversión para captar fondos. Sin embargo, muchos de ellos resultaron ser fraudes, lo que contribuyó a empañar la imagen de este mercado. Aun así, muchos ICOs siguen con sus cronogramas en actividad.
Descentralización de Servicios Financieros
La segunda fase de las DeFi comenzó a partir de 2020. Con el enfriamiento del mercado de ICOs, surgieron otros proyectos en el mercado. Y su objetivo era revolucionar no solo un sector específico, sino toda la economía. Ahora, las DeFi estaban listas para operar en los siguientes mercados:
- Emisión de deuda con colateral;
- Préstamos;
- Obtención de intereses sobre criptomonedas invertidas;
- Compra y venta de protección con opciones;
- Mercados futuros;
- Creación y operación de activos sintéticos (como oro y acciones) en blockchain;
- Loterías;
- Y otros.
Es posible notar que todos estos servicios existen en el mercado tradicional. Las DeFi, por lo tanto, no necesariamente crearon nuevos productos financieros. Lo que hicieron fue llevar estos mercados a la tecnología blockchain. Y esta transacción vino con diversas mejoras, especialmente en la facilidad de acceso.
Considere la apertura de una cuenta bancaria. Este proceso suele ser muy complicado y, en algunos casos, costoso. No cualquiera puede abrir una cuenta bancaria y acceder a inversiones. En países pobres, que sufren de alta inflación, tal limitación puede significar la diferencia entre vivir y morir.
Las DeFi, por otro lado, eliminan estos intermediarios. Los bancos, corredores, entidades financieras y bolsas de valores no son necesarios. Cualquier persona con acceso a Internet puede conectarse a una computadora y acceder a servicios de DeFi. Los costos son mucho más bajos, la velocidad es mayor y no existen restricciones geográficas o financieras.
Debido a esto, varios proyectos comenzaron a recibir capital de inversores que creen en el potencial de las DeFi. Algunos de estos proyectos han recibido miles de millones. Esta métrica se mide por el Valor Total Bloqueado (TVL, por sus siglas en inglés), que muestra cuáles proyectos reciben más inversiones. El sitio DefiLlama tiene una lista completa, ordenada por valor bloqueado.
Ejemplos de DeFi
En los últimos dos años, ha habido una verdadera explosión de proyectos DeFi. Se crearon nuevos protocolos todos los días, cada uno con su propia funcionalidad y objetivo. Además, el origen de estos protocolos se diversificó. Ethereum, por ejemplo, empezó a tener nuevos competidores, con proyectos DeFi surgiendo en otras redes.
Un ejemplo de esto son las exchanges descentralizadas (DEX). Estas plataformas son corretajes donde los criptoactivos pueden ser intercambiados. Sin embargo, las DEX, como su nombre indica, son descentralizadas. No custodian las criptomonedas ni requieren que el usuario realice depósitos o envíe documentación. A continuación, se presentan las ventajas de las DEX en comparación con las exchanges centralizadas:
- Sin custodia: No es necesario depositar dinero en las DEX: basta con conectar una billetera y realizar las operaciones. Las criptomonedas transaccionadas en una DEX nunca dejan de ser propiedad de sus dueños. Esto reduce el riesgo de robos y ataques;
- Automatización: Las DEX no tienen intermediarios. Las negociaciones en ellas son instantáneas, siempre que haya suficiente liquidez;
- Costos menores: Las exchanges tradicionales suelen cobrar altas tasas en sus operaciones. Por otro lado, la mayoría de las DEX tienen tasas de negociación mínimas, permitiendo transacciones con costos mucho menores;
- Facilidad de acceso: Las exchanges centralizadas suelen solicitar documentación y tener una serie de procesos burocráticos. En cambio, la mayoría de las DEX no requieren muchos datos, lo que protege la privacidad de los usuarios;
- Usabilidad: Las DEX se están volviendo más fáciles de usar. El proceso de comprar y vender criptomonedas puede, en muchos casos, realizarse con solo unos pocos clics;
De este modo, el intercambio entre tokens DeFi resulta más rápido y seguro. El riesgo de pérdida de criptomonedas debido a un ataque hacker, por ejemplo, es mucho menor, prácticamente nulo. Además, estas plataformas también permiten acceder a rendimientos a través de Proof of Stake (PoS) o préstamos de tokens, generando ingresos pasivos. A continuación, algunas de las DEX más famosas del ecosistema DeFi:
- Uniswap: Creada en la blockchain de Ethereum, permite la negociación tanto de Ether (ETH) como de tokens ERC-20;
- PancakeSwap: Prácticamente una copia de Uniswap, funciona en la Binance Smart Chain. Por lo tanto, permite la negociación de tokens creados en esta red, que ya presenta una competencia para Ethereum;
- 1inch: 1inch es un agregador de DEX que proporciona datos para que el usuario elija la mejor plataforma. También es una DEX y permite el intercambio de criptomonedas. Es posible identificar plataformas tanto en Ethereum como en Binance Smart Chain (BSC);
- OpenSea: Plataforma de subastas para tokens de arte digital, conocidos como NFTs. En ella, artistas y coleccionistas pueden negociar obras de manera rápida, sin intermediarios y desde cualquier parte del mundo.
¿Para qué (o quiénes) sirven las DeFi?
Como hemos visto, las DeFi sirven para hacer los servicios financieros más accesibles. Aunque son tecnologías nuevas, tienen un enorme potencial. A medida que los protocolos se vuelven más fáciles de usar, el mercado para ellos se expande. Después de todo, los servicios bancarios son una de las áreas más excluyentes del mundo.
Según la investigación Global Findex, el 31,5% de las personas en el mundo no tienen cuenta bancaria. Esto corresponde a 2,3 mil millones de seres humanos sin acceso a servicios bancarios. Esto ocurre porque, a diferencia de Brasil y la mayoría de los países, abrir una cuenta bancaria en muchos países es un proceso costoso y lleno de barreras. Como resultado, muchas personas no pueden obtener préstamos ni realizar inversiones, entre otros servicios.
Por otro lado, la mayoría de los países del mundo tienen al menos un celular por habitante. Es decir, el acceso a dispositivos que pueden soportar tecnologías DeFi es mucho mayor que el acceso a servicios bancarios tradicionales. Y es a través de este mayor acceso que las DeFi pueden crecer y ganar más espacio.
Hoy en día, existen diversas plataformas DeFi que permiten depositar dinero sin necesidad de una cuenta bancaria. Con ello, el pequeño ahorrador puede acceder a servicios financieros de inmediato. Muchos de estos servicios, de hecho, ofrecen tasas de interés más altas que las de las inversiones tradicionales del mercado, como la renta fija y los bonos del gobierno.
Riesgos de las DeFi
Aunque son innovadoras, las DeFi también presentan riesgos para los inversores. Estos riesgos pueden involucrar tanto al protocolo en sí como a riesgos individuales. Muchos proyectos DeFi aún son recientes y, por lo tanto, deben demostrar su seguridad. No son pocos los casos de protocolos DeFi que han sido atacados, causando grandes pérdidas a sus inversores.
Otro problema que puede afectar a las DeFi son los errores en los contratos de los proyectos. Estas fallas pueden resultar en problemas en la ejecución del protocolo, generando fuertes pérdidas. Por ello, es importante observar bien quién está detrás de cada protocolo y verificar si los códigos y contratos están bien auditados y revisados.
Pero la euforia del inversor también puede ser un problema. Invertir en un proyecto DeFi sin comprender los riesgos o cómo funcionan las billeteras y otros aspectos puede ser un error. Lo mismo ocurre al invertir en tokens que ya han «explotado» y, por lo tanto, ofrecen un mayor riesgo de depreciación.
Finalmente, existen los riesgos regulatorios, algo que afecta prácticamente a todas las criptomonedas. Los gobiernos aún luchan por encuadrar las criptomonedas en sus categorías tradicionales. Y muchos de ellos, por incapacidad o desconocimiento, pueden acabar declarando ciertos protocolos como ilegales.
Las DeFi prometen ser una gran revolución en el sistema financiero. De hecho, ya están trayendo varios cambios y ganando relevancia. Sin embargo, el sector aún es joven y tiene un largo camino por recorrer. Así como nuestra serie de textos, las DeFi están apenas en los primeros pasos de este viaje. Así que quédate con nosotros y sigue esta evolución.