El gobierno argentino eliminó el cepo cambiario desde el 14 de abril, logrando una flexibilidad para los ciudadanos a la hora de comprar dólares. Asimismo, el dólar oficial avanzó tras esta nueva medida, cotizando al momento de la escritura $1230.
El nuevo esquema cambiario eliminó el tope de USD 200 mensuales, las trabas del cepo, y mantuvo una percepción impositiva únicamente sobre gastos con tarjeta y turismo. Estas medidas, impulsadas por el Ministro de Economía, Luis Caputo, tuvieron lugar tras el desembolso del FMI de USD 20.000 millones.
Hasta el momento, el dólar cripto o las stablecoins eran una alternativa para ahorrar en divisa dura y así evitar una depreciación de las tenencias de los usuarios. No obstante, con este cambio, ¿seguirá siendo útil invertir en estas monedas?
¿El fin del dólar cripto?
El dólar cripto, históricamente utilizado como vía alternativa de dolarización, se desploma ahora en un escenario donde ya no hay restricciones para comprar billetes físicos o acceder al dólar MEP.
Sin embargo, los expertos en el mundo cripto sostienen que los usuarios argentinos seguirán usando stablecoins por la practicidad de uso frente a los pagos internacionales. Cabe destacar que muchos de los argentinos que trabajan de manera remota para el exterior deciden cobrar en estos activos para evitar blanqueos con el fisco.
Por tanto, el público argentino empezará a ver mucha más utilidad en las monedas estables debido a su practicidad y capacidad de transferencia, a comparación de lo que se podría hacer con un medio tradicional. Asimismo, gracias a la liquidez con la que cuentan, son una buena opción para realizar inversiones y obtener óptimos rendimientos. Muchas plataformas, tanto argentinas como internacionales, ofrecen la capacidad de rentabilidad por encima de la inflación de Estados Unidos en la inversión de stablecoins.
Aun así, el dólar cripto tuvo una caída del 5% tras el aumento del dólar oficial, llegando a cotizar $1.074,69 para el 14 de abril. Los conocedores atribuyen el descenso al exceso de oferta de los ahorristas, que comenzaron a desprenderse de sus dólares digitales.