El Banco de Pagos Internacionales (BIS) volvió a emitir una alerta sobre un nuevo riesgo emergente dentro del mercado cripto. Ahora, el aviso recae sobre los tokens RWA respaldados por bonos del Tesoro. Después de años monitoreando a Bitcoin y el crecimiento explosivo de las stablecoins, el organismo afirma que la próxima fuente de inestabilidad puede surgir justamente de un sector que ha ganado fuerza con la promesa de unir las finanzas tradicionales con la blockchain.
La evaluación ocurre en un momento en que los fondos de mercado monetario tokenizados han registrado un salto significativo. En menos de un año, el volumen de estos productos pasó de USD 770 millones a casi USD 9.000 millones, transformando un experimento de nicho en uno de los segmentos más dinámicos del ecosistema on-chain. La expansión llamó la atención porque muchos inversionistas migraron hacia versiones tokenizadas de bonos del Tesoro de EE. UU. en busca de rendimientos predecibles sin salir de la blockchain.
El BIS reconoce que el atractivo es evidente. Los tokens respaldados por bonos del Tesoro ofrecen liquidez instantánea, pueden circular entre billeteras en segundos y ya se usan como garantía en operaciones de DeFi, préstamos con margen y swaps de stablecoins. Esta movilidad creó el primer competidor real de las stablecoins tradicionales, ya que combina flexibilidad on-chain con el pago de intereses. Así, proporciona una ventaja que las stablecoins respaldadas en efectivo y títulos de corto plazo no pueden entregar directamente a los usuarios.
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Tokens RWA en la mira del BIS
Aun así, el nuevo boletín del organismo alerta que la estructura de estos productos puede acelerar una crisis de liquidez. Las redes públicas liquidan transacciones de forma inmediata, mientras que los bonos que respaldan estos tokens siguen el ritmo más lento de los sistemas financieros tradicionales. En períodos de estrés, los rescates masivos pueden ocurrir más rápido de lo que los gestores consiguen vender los activos reales. Así, la liquidez se agota primero en la blockchain, creando un desajuste peligroso entre ambos mundos.
Además, el BIS llama la atención sobre un ciclo de dependencia creciente. Algunos de estos fondos ya se utilizan ampliamente como garantía en operaciones apalancadas. Una carrera por vender tokens en un sector puede contaminar otros mercados cripto a gran velocidad. Ese comportamiento, según el organismo, puede amplificar riesgos sistémicos, especialmente en momentos de alta volatilidad.
La alerta fue divulgada poco después del nombramiento de Tommaso Mancini-Griffoli, del FMI, como nuevo líder del Centro de Innovación del BIS. El cambio indica que el organismo profundizará su enfoque en tokenización, monedas digitales y activos del mundo real, áreas que hoy mueven miles de millones y atraen la atención de grandes instituciones financieras.
Aun con las advertencias, la industria sigue acelerando. BlackRock amplió rápidamente su fondo tokenizado BUIDL, que hoy supera los USD 2.500 millones distribuidos en redes como Ethereum, Avalanche, Arbitrum, Optimism, Polygon y Aptos. Por su parte, Franklin Templeton sigue una estrategia distinta al expandir su plataforma Benji en Canton Network, donde ya reúne más de USD 844 millones en exposición tokenizada.
BIS reconoce el avance
La disputa entre las dos gigantes expone un mercado en plena expansión. Por un lado, soluciones abiertas e interoperables. Por el otro, estructuras cerradas, diseñadas para instituciones reguladas. Ambas, sin embargo, convergen en un mismo destino: transformar los bonos del Tesoro en bloques básicos de la infraestructura financiera digital.
El futuro de este movimiento dependerá de cómo estos productos se comporten en el próximo período de estrés del mercado. Si los tokens respaldados por bonos continúan ganando espacio como garantía en operaciones complejas, la próxima crisis de liquidez podría no surgir en Bitcoin o en las stablecoins, sino en la estructura acelerada y totalmente on-chain de los RWAs tokenizados.
El BIS insiste en que la innovación es bienvenida, pero refuerza que la velocidad de la blockchain agregó un componente que el sistema tradicional aún no sabe absorber. Y, si el sector continúa creciendo al ritmo actual, el punto de tensión puede llegar antes de lo que muchos esperan.


