El debate sobre las criptomonedas en Estados Unidos ha dado un nuevo giro. El presidente de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), Paul Atkins, ha declarado que las stablecoins no son responsabilidad de la SEC, sino de las autoridades bancarias. Esta afirmación marca un cambio significativo en la discusión sobre qué organismo debe supervisar estos activos digitales, que han crecido rápidamente en los últimos años.
Según Atkins, las stablecoins tienen características más cercanas a instrumentos bancarios que a valores mobiliarios. Explicó que estos activos, respaldados por monedas fiduciarias como el dólar, sirven principalmente como medio de pago y reserva de valor. Por lo tanto, la supervisión debe recaer en entidades centradas en la estabilidad monetaria y la infraestructura bancaria.
Esta declaración ofrece una respuesta directa a una de las mayores dudas del sector. Con el avance de la tecnología y el crecimiento del uso de stablecoins por parte de empresas, usuarios y fintechs, no estaba claro qué organismo regulador sería responsable de estos tokens digitales. Ahora, con la postura de la SEC, el camino se vuelve más claro para emisores e inversores.
Atkins también destacó que la SEC centrará sus esfuerzos en activos que se consideran valores mobiliarios, como tokens de inversión, ICOs y otros instrumentos financieros cripto. El objetivo, según explicó, es crear reglas claras para estos productos, mientras que las stablecoins serán supervisadas por otro tipo de autoridad.
Reacción positiva del sector
Este posicionamiento es bien recibido por una parte importante del sector. Muchas empresas temían la posible superposición de reglas entre la SEC, el Departamento del Tesoro y otros organismos. Con la regulación de las stablecoins en manos de las autoridades bancarias, el mercado gana previsibilidad y se reduce el riesgo de conflictos regulatorios.
Las stablecoins se han convertido en piezas clave dentro de la infraestructura de pagos digitales. Ofrecen transacciones rápidas, seguras y con valor estable, lo que las hace ideales para negociaciones, remesas y servicios financieros descentralizados. No obstante, su estabilidad requiere una adecuada reserva de capital, transparencia y auditoría, prácticas propias del sector bancario.
Al liberar a la SEC de la supervisión de estas monedas digitales, Atkins abre espacio para que las autoridades bancarias desarrollen normas específicas. Ahora se espera que estas instituciones propongan reglas claras sobre la emisión, el colateral y la auditoría de las stablecoins, lo que podría fortalecer la confianza de los usuarios.
Por último, el presidente de la SEC subrayó que este nuevo enfoque no debilita la labor de la comisión en el mercado de criptomonedas prometedoras. Al contrario, afirmó que el equipo de trabajo de la SEC continuará activo en la lucha contra fraudes, ofertas irregulares y prácticas abusivas en las exchanges.