El Bitcoin podría no ser tan descentralizado como muchos creen. A pesar de su reputación como la criptomoneda más segura y distribuida del mundo, los datos recientes encienden una alerta sobre la estructura actual de la minería de Bitcoin.
Según información de mempool.space, solo dos pools de minería —Foundry USA y AntPool— minaron juntos el 56,37% de todos los bloques de Bitcoin en los últimos tres años, hasta el 28 de marzo de 2025.
Foundry USA lidera con 46.076 bloques minados (28,72%), mientras que AntPool se encuentra justo detrás con 34.365 bloques (21,42%). Juntas, estas dos entidades controlan una porción que supera el umbral simbólico del 51%, considerado crítico para la seguridad de la red.
Este dato va en contra del ideal original de Bitcoin, descrito en el white paper de Satoshi Nakamoto, que defendía un sistema de consenso verdaderamente descentralizado. La minería es el proceso que mantiene a Bitcoin en funcionamiento, resolviendo cálculos matemáticos complejos que validan las transacciones y crean nuevos bloques.
Riesgos de la centralización en la minería de Bitcoin
¿Por qué es importante? Porque concentrar más del 51% de la minería en pocas manos permite riesgos graves, como el temido «ataque del 51%», en el que una entidad maliciosa podría revertir transacciones o impedir nuevas confirmaciones, afectando toda la red.
Además, existe el riesgo de censura de transacciones, ya que el control de los bloques permite seleccionar qué datos entran o no en la blockchain. Y esto no es solo una teoría: F2Pool, el tercer mayor pool, ya fue descubierto filtrando transacciones, un hecho que admitió públicamente.
¿Está en riesgo la descentralización de Bitcoin?
Otro punto crítico es la centralización de los pools, y no de los mineros individuales. Aunque cada pool reúna a miles de participantes, quien decide qué entra en el bloque es el coordinador del pool: una sola entidad que distribuye o no las recompensas a los mineros.
Aún más alarmante: AntPool, según un análisis del investigador b10c, podría influir en otros cinco pools más pequeños, concentrando aún más el poder real sobre la red.
El coeficiente de Nakamoto —una métrica que evalúa cuántas entidades serían necesarias para comprometer la red— hoy es de solo dos para Bitcoin. En un escenario ideal, este número debería ser mucho mayor para garantizar la robustez y resistencia a los ataques.
«Al final, lo que vemos es un efecto colateral del propio éxito de Bitcoin: cuanto más bloques mina un pool, más ganancias obtiene, más puede invertir en infraestructura y dominar aún más el mercado. Esto crea un ciclo de retroalimentación que favorece a los grandes y debilita a los pequeños», dijo Mike Ermolaev.