La injerencia de la digitalización en los servicios financieros tradicionales modificaron el panorama en toda América Latina. En el caso de Colombia y México, la adopción de neobancos contribuyó a la inclusión financiera, aunque persisten retos regulatorios y de sostenibilidad.
Colombia y México, pioneros en neobancos
México se posiciona como un ecosistema fintech líder en Latinoamérica, con más de 800 startups locales identificadas por la empresa de innovación Finnovista. Sumado a 301 emprendimientos extranjeros (27%), el mercado total supera las 1,000 startups fintech.
Los neobancos, impulsados por una población joven con incursión en smartphones y demanda de experiencias digitales, ganaron relevancia frente a la banca tradicional, transformando el sector financiero mediante un enfoque tecnológico.
En el caso de Colombia, la inclusión financiera creció un 95,4% de adultos con al menos un producto financiero en junio de 2024, según el último Reporte de Inclusión Financiera de la Superintendencia Financiera.
Este progreso se atribuye en parte al auge de los neobancos y fintechs, que facilitaron el acceso a servicios financieros, especialmente en áreas rurales y desatendidas.
Actualmente, el país cuenta con 590 startups locales y extranjeras, mientras que los segmentos de préstamos (28,4%) y pagos y remesas (18,5%) lideran el mercado, seguidos por la gestión financiera empresarial y personal.
¿Cuáles son los desafíos que quedan por suplir?
A pesar del crecimiento constante, los neobancos tienen desafíos por suplir. En el caso de México, la ley Fintech data del año 2018 y no tuvo revisión desde ese entonces, generando incertidumbre y limitando otros productos como el open finance y la protección de datos. La urgencia de una reforma legislativa es un reclamo latente de las asociaciones del sector, que buscan una armonización con los avances tecnológicos.
En Colombia, aunque la inclusión financiera mejoró, persisten brechas en el acceso al crédito formal, especialmente entre poblaciones rurales y trabajadores informales.
La colaboración entre neobancos, fintechs y bancos tradicionales es esencial para superar estos retos. La implementación de tecnologías como la inteligencia artificial, el open finance y la biometría puede mejorar la eficiencia operativa y la personalización de servicios, beneficiando tanto a las instituciones financieras como a los usuarios.