Las stablecoins van ganando terreno como alternativa de ahorro y de pago en Estados Unidos y América Latina al ofrecer transacciones más rápidas, tarifas reducidas y recompensas programables que las entidades tradicionales. Esto trae aparejado una baja en el consumo de otros tipos de pago, como las tarjetas de crédito, que suelen cobrar aranceles altos por las transacciones.
Un consumo con tarjeta de crédito en Estados Unidos cuesta entre 1,5 % y 3,5 % de la transacción. Sin embargo, con las monedas estables no hay gastos de transacción y permiten liquidaciones casi instantáneas, al ofrecer un sistema más eficiente y económico, y programas de fidelización que ofrecen recompensas a los usuarios.
Stablecoins o tarjeta de crédito, ¿qué elegir?
En Estados Unidos, las tarjetas de crédito representaron un 35% de las transacciones durante el 2024, por un valor total de USD 5.51 billones.
Los analistas afirman que si un tercio de este porcentaje lo captan las monedas estables, los ahorros y beneficios para comerciantes y consumidores podrían alcanzar millones de dólares. Además, facilitaría la transacción para los usuarios sin obligarlos a abandonar las tarjetas físicas.
Casos como RLUSD de Ripple o la tarjeta de Gemini con recompensas en cripto demuestran cómo las fintechs se encuentran en proceso de integración de stablecoins en sistemas de pago tradicionales. Asimismo, grandes minoristas exploran sus propias monedas estables para reducir comisiones y diseñar programas de lealtad.
Tomando en cuenta como fluye el dinero y quién lo controla, las monedas estables podrían consolidarse como un componente central del comercio en Estados Unidos, gracias a su claridad regulatoria y confianza del consumidor. Además, transformaría la economía de los pagos y distribuirá millones de dólares en todo el ecosistema financiero, digital y tradicional.
Cabe destacar que la inclusión de las stablecoins dentro del mercado estadounidense es posible gracias a la reciente Ley GENIUS, que permite regular las monedas estables dentro del país y proteger a los consumidores.