El Bitcoin atraviesa una intensa oscilación de precio. Aunque volvió a superar los USD 90.000, la criptomoneda acumula una caída mensual de más del 14%, según CoinGecko. Sin embargo, un informe reciente de K33 Research indica que la reciente retracción está impulsada por temores situados en un horizonte lejano y no por riesgos estructurales inmediatos.
La evaluación aparece en el informe de diciembre de la empresa, liderado por el jefe de investigación Vetle Lunde. Él considera que la criptomoneda opera en “deep value” en comparación con índices bursátiles. Deep value es una estrategia de inversión que busca acciones de empresas depreciadas y subvaloradas.
Oscilación del Bitcoin
Lunde señala que el movimiento de venta comenzó con un exceso de apalancamiento en derivados, una oferta creciente de inversionistas de largo plazo y una redistribución amplia del suministro. Según K33, el deterioro del sentimiento se intensificó durante noviembre, cuando los poseedores de ETFs empezaron a deshacer posiciones.
Al mismo tiempo, participantes tradicionales del mercado cripto redujeron su exposición. Con esto, el Bitcoin alcanzó su nivel más débil frente al Nasdaq desde noviembre de 2024.
El informe afirma que los factores positivos no lograron impulsar los precios. Esto porque los inversionistas buscaban motivos para vender en un contexto de menor liquidez disponible entre especuladores. Mientras tanto, perfiles experimentados adoptaban una postura defensiva.
K33 también destaca tres narrativas de miedo que volvieron a ganar espacio, pero que, según Lunde, representan riesgos situados a muchos años de distancia.
La primera involucra la posibilidad de avances en la computación cuántica. El estudio señala que cerca de 6,8 millones de BTC podrían volverse vulnerables si se desarrollan máquinas lo suficientemente potentes, considerando direcciones con claves públicas ya expuestas. El analista evalúa, sin embargo, que el cronograma para tal avance es incierto y que los exchanges no permitirán la circulación irrestricta de activos comprometidos. Para el momento actual, el tema exige coordinación técnica y no una liquidación apresurada de posiciones.
Otro temor recurrente se centra en la posibilidad de que Strategy necesite vender parte de sus reservas de Bitcoin para sostener su estructura. Lunde observa que el propio Michael Saylor ya reconoció la posibilidad de venta en escenarios adversos prolongados. No obstante, no hay señales de que eso ocurra en el corto plazo, especialmente después del refuerzo de USD 1.440 millones en reservas, que garantiza 21 meses de cobertura de dividendos.
El tercer punto involucra los activos que componen las reservas de Tether. A pesar del uso de instrumentos considerados menos convencionales, como oro y Bitcoin, la empresa presenta alrededor de USD 500 millones por mes en ingresos provenientes de bonos del Tesoro de EE. UU. Además, posee USD 7.000 millones en capital excedente y USD 23.000 millones en ganancias acumuladas.
Según Lunde, casi el 80% de las reservas están aplicadas en instrumentos de bajo riesgo. Esto reduce la hipótesis de una presión de liquidez inmediata.
Factores que pueden fortalecer el mercado
Para K33, una serie de cambios regulatorios y estructurales previstos para los próximos años podría ampliar la demanda por Bitcoin. En febrero de 2026, los reguladores de Estados Unidos deberían publicar directrices sobre la inclusión de cripto en planes 401(k), que administran cerca de USD 9 billones en activos.
Además, el avance del Clarity Act puede acelerar iniciativas de tokenización y el uso de cripto como garantía en operaciones bancarias.
La expectativa de que un perfil más favorable al sector asuma el liderazgo de la Reserva Federal también es un factor relevante. Después de todo, potencialmente reducirá los costos de capital y abrirá espacio para discusiones sobre una reserva estratégica de Bitcoin.