Argentina respira incertidumbre. En las calles, en los comercios, en las conversaciones de café, el tema es uno solo: el dólar. La economía argentina navega, una vez más, por aguas turbulentas en vísperas de una elección que podrá definir no solo un rumbo político del país, sino el valor de cada peso en el bolsillo de la gente… otra vez.
Un reciente informe del banco Morgan Stanley, dirigido a sus clientes, pinta un panorama crudo. Según el banco, sin importar los ganadores, para los próximos meses el gobierno necesitará una moneda más débil para acumular reservas. En traducción libre, el camino por delante parece llevar, casi inevitablemente, a un dólar más caro.
Pero la pregunta del millón es, ¿cuánto más caro?
Tres futuros posibles para la devaluación
Morgan Stanley se atrevió a esbozar tres escenarios, todos atados al resultado de La Libertad Avanza (LLA) en las urnas:
- En el más optimista, con un respaldo sólido al partido de Javier Milei, el dólar podría estabilizarse alrededor de los $1.700 para fin de año. Un alivio relativo, ya que la estabilización vendría de una posible ayuda ofertada por Estados Unidos.
“Un ajuste cambiario relativamente ordenado implicaría un tipo de cambio en torno a $1700 por dólar, lo que sería consistente con una cuenta corriente equilibrada, suponiendo condiciones climáticas normales y rendimientos agrícolas promedio en el próximo ciclo”, indicaron.
- Si el apoyo es más tibio, con LLA obteniendo entre 30% y 35%, la cosa se complica un poco más. En esta situación, la divisa podría saltar a una franja de entre $1.800 y $2.000, “un tipo de cambio más débil para compensar la incertidumbre en materia de políticas”.
- Pero hay un tercer escenario, el que más preocupa. Si la oposición gana por más de 10 puntos por encima de LLA, el banco advierte que se “produzca un ajuste desordenado, incluyendo un tipo de cambio que necesite sobrepasar ciertos niveles para compensar el aparentemente débil capital político de la administración. Niveles de tipo de cambio por encima de los $2000 son plausibles bajo este escenario”.
El informe resalta también la política del cepo cambiario y dice «actualmente, somos escépticos de que la banda, tal como está, lleve a un equilibrio de cuenta corriente». Según el análisis de Morgan Stanley «Las autoridades tienen la opción de mantener el sistema de banda cambiaria […] aunque probablemente requerirá un ajuste de un paso hacia arriba para permitir una acumulación sostenible de reservas y/o compras de dólares por parte del Banco Central de la República Argentina dentro de la banda, como era la intención del Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril».
“Dolarizar exige reformas estructurales y un respaldo político amplio para que el sistema sea sostenible”, justificó el informe.
El presente ya anuncia la tormenta
Mientras los analistas intentan proyectar para el futuro, el presente ya nos da señales de alerta. Esta semana, el Tesoro Nacional intentó renovar su deuda y el mercado le dijo “no”. Solo logró colocar el 45% de lo que necesitaba. El resto, $2.1 billones de pesos, quedaron liberados en un sistema que ya sufría una aguda falta de liquidez.
¿La consecuencia? Las tasas de interés se dispararon a niveles surrealistas. La caución, un préstamo a un día, llegó a tocar el 139% anual. Los bancos, desesperados por conseguir pesos, ofrecían hasta 170%. El impacto fue tanto que el Banco de la Nación Argentina decidió aumentar también las tasas del plazo fijo en pesos este miércoles (15), para un 45%.
Ahora, el mercado Argentino tiene que lidiar con este mar de pesos liberados por el Tesoro. La historia reciente ya nos dicta que en un ambiente de tanta incertidumbre, ese excedente de liquidez suele terminar presionando sobre el dólar. Los inversores, grandes y pequeños, huyen del peso.
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Las stablecoins suenan como la huida menos riesgosa
En este contexto, para el ciudadano de a pie, la pregunta práctica es ¿cómo protejo lo poco o mucho que tengo? El corralito financiero, con sus restricciones para acceder al dólar oficial, empuja a la creatividad de supervivencia. Históricamente, el colchón o el blue han sido la respuesta. Pero hoy existe una alternativa 100% digital que gana terreno a pasos agigantados: el dólar cripto, también conocidas como stablecoin.
Las stablecoins, criptomonedas ancladas al valor del dólar estadounidense, emergen como una herramienta práctica. Son un puente directo hacia la estabilidad, sin restricciones, sin cepos, sin horarios bancarios.
El acceso, seguridad, velocidad y un margen de control que el mercado paralelo no ofrece justifican la búsqueda cada día más grande. Mientras el blue opera en la informalidad, comprar una stablecoin como USDT o USDC es un proceso que se realiza desde el celular, a cualquier hora, con transparencia. Es un dólar digital, atado al valor de su par estadounidense, que permite resguardar el valor del ahorro lejos de la devaluación del peso y de la volatilidad política que analiza Morgan Stanley.
Plataformas globales de cripto, como Binance o Bybit, lo han entendido a la perfección. Se han convertido en la billetera y, a la vez, en el banco en el extranjero que muchos anhelan. Estas exchanges ofrecen una puerta de entrada directa. Permiten comprar stablecoins con pesos argentinos de forma sencilla, a través de transferencias bancarias.
Una vez que tienes tus stablecoins, estos exchanges te ofrece opciones que en un banco tradicional es impensable. Hablamos de productos de ahorro o «plazo fijo» en dólares con intereses reales. Bybit, por ejemplo, en su sección Bybit Earn, ofrece rendimientos en stablecoins con tasas que pueden superar el 8% anual.
El contexto es complejo, sin duda. Mientras el país debate su futuro y el dólar oficial es una incógnita, estas herramientas brindan un control tangible para las casas argentinas.