Tras meses de espera, el primer ETF de XRP en Estados Unidos está a punto de lanzarse públicamente, según un comunicado de REC Shares. Llamado REX-Osprey XRP ETF, el fondo se negociará bajo el ticker $XRPR y debería comenzar a cotizar esta misma semana. Lo que más llama la atención es la estrategia utilizada por la gestora para sortear el marco regulatorio actual y lograr sacar adelante el ETF.
En EE. UU. existen dos principales marcos regulatorios para aprobar ETFs de criptomonedas. El primero es el Securities Act de 1933, utilizado en los ETFs de Bitcoin y Ethereum. La otra alternativa es el Investment Company Act de 1940.
Una estrategia distinta para el ETF de XRP
La mayoría de los fondos suelen presentar sus solicitudes bajo el marco de 1933. El mercado reconoce ampliamente este camino como el más directo y tradicional para lanzar un ETF al contado, ya que negocia como un valor y mantiene el activo físico subyacente. En teoría, este modelo ofrece una exposición más pura al activo, sin intermediarios.
No obstante, al haber surgido en plena Gran Depresión de 1929, la ley de 1933 resulta mucho más restrictiva y compleja para los criptoactivos. El emisor debe convencer a la SEC de que el mercado subyacente es sólido y resistente a la manipulación, lo que ha dificultado la aprobación de ETFs para otras criptomonedas más allá de Bitcoin y Ethereum.
Por su parte, el Investment Company Act de 1940, creado como norma complementaria para impulsar la recuperación económica, se ha mostrado más flexible para este tipo de estructuras.
Copiando el modelo de Solana
A diferencia del enfoque del 33, en este caso el foco está en la gestión del fondo y no únicamente en el activo subyacente. La norma exige estrictas reglas de custodia, diversificación, transparencia y divulgación, lo que busca garantizar la protección del inversor. Pero al mismo tiempo evita el obstáculo de que la SEC deba validar directamente el mercado spot del activo.
El analista de Bloomberg Intelligence, James Seyffart, señaló que esta estrategia recurre a “workarounds” creativos en comparación con otras propuestas. De hecho, REX y Osprey Funds ya habían empleado con éxito esta fórmula en junio, cuando lanzaron su ETF de staking de Solana (SOL).
Según el prospecto del fondo, el ETF mantendrá la mayor parte de sus activos directamente en XRP. Sin embargo, debido a las obligaciones impuestas por el Act 40, al menos un 40% del patrimonio deberá invertirse en acciones de otros ETFs relacionados con XRP, lo que genera una diversificación adicional.