La BioNexus Gene Lab Corp. (BGLC), que cotiza en la Bolsa Nasdaq, sorprendió al mercado al anunciar el 5 de marzo que adoptará Ethereum (ETH) como su principal activo de reserva. Con esta decisión, la compañía, con sede en Kuala Lumpur, se convierte en la primera en la bolsa estadounidense en tomar esta decisión.
El movimiento de BioNexus refuerza la creciente aceptación de la blockchain en el sector financiero corporativo y podría influir en otras empresas cotizadas a seguir el mismo camino. La elección se basa en la liquidez, utilidad y estabilidad de Ethereum, como se detalla en el «Ethereum Strategy Whitepaper» de la empresa.
El CEO Sam Tan afirmó que esta estrategia fortalecerá las finanzas de la empresa y atraerá a inversores innovadores. Además, la compañía tiene la intención de explorar el modelo de stablecoins de Wyoming, aprovechando el entorno regulatorio favorable a la blockchain en Estados Unidos.
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¿Por qué Ethereum y no Bitcoin?
La elección de Ethereum se fundamenta en varios factores clave. La criptomoneda cuenta con credibilidad institucional, con el respaldo de gigantes como BlackRock y Fidelity, además de un mercado de stablecoins valorado en $215 mil millones USD (alrededor de 200 mil millones de euros), consolidando su posición en el sector financiero global. La posibilidad de generar rendimientos de entre el 3% y el 5% anual con staking también fue un factor determinante en la decisión, resultando más atractiva que las inversiones tradicionales en dinero o bonos del gobierno.
Otro diferencial es la escalabilidad de Ethereum, que se volverá aún más eficiente con la llegada de la actualización Pectra y el avance de las soluciones Layer-2. Esto hace que la criptomoneda se consolide como una opción moderna y flexible para la gestión de tesorería en empresas innovadoras.
Al adoptar Ethereum, BioNexus no solo se posiciona como pionera en Nasdaq, sino que también demuestra confianza en el futuro de la tecnología blockchain. Esta decisión podría influir en el sector biotecnológico, redefiniendo la forma en que las empresas gestionan su liquidez y reservas financieras. El éxito de esta estrategia dependerá, sin embargo, de la aceptación del mercado y de la claridad regulatoria.