Jeffy Yu, desarrollador y cofundador del proyecto de inteligencia artificial Zerebro, fingió su propio suicidio en una transmisión en directo en pump.fun, una plataforma centrada en la creación de memecoins. El evento, ocurrido el 4 de mayo, provocó una conmoción inmediata y una fuerte subida del valor de una memecoin asociada a su nombre, generando más de USD 43 millones (unos EUR 40 millones) en ganancias no realizadas.
Durante la retransmisión, Yu apareció tranquilo, apuntó con un arma hacia sí mismo y el vídeo terminó con un disparo y una pantalla en negro. La reacción fue inmediata, potenciada por una esquela publicada en el portal Legacy, que permite obituarios pagados. Sin embargo, direcciones cripto vinculadas al desarrollador siguieron activas tras la transmisión, lo que llevó a muchos en la comunidad a sospechar que todo se trataba de un montaje.
Ese mismo día, el token LLJEFFY, vinculado al desarrollador, superó los USD 5 millones (aprox. EUR 4,7 millones) en capitalización de mercado. Aunque posteriormente corrigió su valor, el activo aún mantiene una capitalización superior a los USD 2,6 millones (unos EUR 2,4 millones), impulsado por una estrategia que mezcla drama, narrativa y activación de liquidez.
Según datos disponibles, Yu había acumulado 1.530 millones de tokens ZEREBRO, equivalentes al 15,32 % del suministro total, utilizando apenas 6 SOL (alrededor de USD 250 en octubre de 2024). Más tarde, transfirió 40 millones de estos tokens —valorados en USD 21,5 millones (aprox. EUR 20 millones)— a la dirección pública Truth Terminal, realizando así parte de sus ganancias.
En una publicación programada en Mirror.xyz, Yu reveló que la memecoin LLJEFFY representaría su “última obra de arte”. Denominado Legacoin, el concepto propone que los desarrolladores compren, pero nunca vendan estos activos, que se convierten en “herencias digitales” bloqueadas permanentemente en la blockchain tras la muerte del creador.
La simulación del suicidio generó gran polémica. Mientras algunos mostraron solidaridad, muchos usuarios criticaron la acción como una manipulación emocional con fines puramente financieros. No obstante, esta estrategia pone en evidencia un problema recurrente en el ecosistema cripto: la excesiva dependencia de la atención pública como fuente de valor.
El episodio también reavivó el debate sobre la salud mental de los desarrolladores en el mundo cripto. En un entorno que funciona 24/7, la presión por mantener la relevancia y el rendimiento afecta profundamente a quienes trabajan en él. En el caso de Yu —quien ingresó en Stanford a los 15 años y fundó un proyecto valorado en USD 800 millones (más de EUR 740 millones) a los 22—, la línea entre genio y mártir digital parece cada vez más difusa.