El éxito de la criptomoneda TRUMP, anunciada el pasado sábado (18), ha captado la atención de los inversores en el sector de las memecoins. Lanzada días antes de la investidura presidencial, la memecoin de Donald Trump, $TRUMP, alcanzó una capitalización de mercado de 7.600 millones de dólares y un precio de 38 dólares al momento de redactar este artículo.
Para explicar el origen del valor de esta memecoin, el empresario del sector cripto Ki Young Ju compartió su visión sobre las memecoins y los posibles destinos de proyectos como $TRUMP.
Analista de Bitcoin y empresario de criptomonedas, Ki Young Ju detalló de dónde proviene el valor de criptomonedas basadas en memes, como TRUMP. En un tuit titulado “Trump abrió la era de las memecoins”, Ju explicó que los memes están en el núcleo del mercado financiero, según la perspectiva de los inversores.
De acuerdo con el CEO de CryptoQuant, los inversores minoristas en mercados financieros tradicionales siempre han estado influenciados por tendencias y memes. Ju incluso comparó esta tendencia con el S&P 500, el índice que agrupa a las 500 mayores empresas de Estados Unidos. Según él, invertir en este índice es, en cierto modo, una forma de seguir tendencias populares.
Influencia en las inversiones
Ju destacó que la llegada de Internet y las redes sociales ha amplificado el alcance y la velocidad de las nuevas tendencias de inversión. Plataformas como Robinhood y exchanges de criptomonedas han hecho que invertir en criptos sea más accesible para inversores minoristas, quienes ahora pueden participar en tiempo real.
En lugar de mantener su dinero en bancos o fondos tradicionales, estos inversores prefieren inversiones guiadas por tendencias. A menudo, sin mucha experiencia en el mercado, se dejan influir por consejos de influencers, amigos inversores e incluso empresarios destacados.
“Escuchan a influencers, siguen recomendaciones de otros y, a veces, idolatran a emprendedores. Invertir en Tesla por Elon Musk no es tan diferente del populismo en política”, señaló Ju.
Esto, según el empresario, ha llevado a una volatilidad impulsada por inversores minoristas, algo que los participantes institucionales aprovechan. Sin embargo, en un mercado sin regulación gubernamental, este comportamiento tiende a seguir las palabras de moda. Por ello, Ju cree que la administración de Donald Trump está interesada en capitalizar estas tendencias en lugar de regularlas.
Memecoins en la era Trump 2.0
Como ejemplo, Ju mencionó el caso de Official Trump ($TRUMP). Según él, esta memecoin atrajo rápidamente 10.000 millones de dólares en liquidez especulativa en solo unas horas. Aunque no tiene un valor intrínseco, su valor radica en el compromiso de su comunidad. Cuanto mayor sea el movimiento en torno al meme, más interés genera la oferta limitada de tokens, aumentando la demanda y, con ello, el precio.
Ju sugirió que las memecoins pueden evolucionar en diferentes direcciones si logran mantener el interés de sus comunidades. Incluso podrían transformarse en tokens de utilidad, como ha ocurrido con la comunidad de Shiba Inu.
En el caso de $TRUMP, Ju afirmó que su precio está estrechamente vinculado a la influencia de su comunidad durante la presidencia de Trump. Si Trump involucra activamente a su base en torno a la memecoin, el valor podría dispararse. Pero, si Trump decide abandonarla, su valor podría caer a cero.
“Hasta Bitcoin tuvo promotores de esquemas piramidales en sus inicios, estafando a inversores mayores. Ahora, con el aumento masivo de su precio, esos mismos estafadores son considerados ‘visionarios’”, comentó Ju.
Según Ju, el valor de una memecoin depende de la capacidad de su comunidad para actuar de manera positiva para la sociedad. Sin embargo, también existen preocupaciones sobre el uso indebido de memecoins por parte de grupos extremistas.
Para Ju, el mercado descentralizado de criptomonedas ofrece un espacio financiero global ideal para que inversores minoristas formen comunidades e inviertan colectivamente. Además, cree que la administración de Trump, defensora del libre mercado, podría fomentar nuevos experimentos con comunidades impulsadas por memes en los próximos cuatro años.
