El gobierno de Estados Unidos ha intensificado su vigilancia sobre la Triple Frontera, región que une a Brasil, Paraguay y Argentina. Una reunión reservada en Foz do Iguaçu la semana pasada enfrentó a representantes del Departamento de Contraterrorismo de EE.UU. y entidades cambiarias brasileñas para discutir riesgos vinculados al lavado de dinero, financiamiento del terrorismo y el uso de criptomonedas fuera del control estatal.
La iniciativa contó con la coordinación de la Asociación Brasileña de Cambio (Abracam) y se enfocó en fortalecer las alianzas público-privadas contra los delitos financieros y el contrabando. El encuentro también buscó actualizar los mecanismos de vigilancia ante la nueva realidad digital, marcada por el crecimiento de las transacciones con activos virtuales y billeteras digitales.
Autoridades de los cuatro países participantes resaltaron que la Triple Frontera sigue siendo un punto sensible del sistema financiero latinoamericano. Un representante del gobierno estadounidense afirmó que la diversidad económica y cultural de la región crea un terreno fértil para organizaciones criminales transnacionales, que explican vacíos legales y la falta de cooperación entre las naciones.
La presidenta de Abracam, Kelly Gallego Massaro, reforzó que la entidad trabaja en las áreas de mayor exposición a riesgos financieros, promoviendo capacitación e integración institucional. Para ella, el desafío es combinar innovación regulatoria y cooperación regional.
«La Triple Frontera es, al mismo tiempo, un desafío y una oportunidad. Es necesario unir esfuerzos para fortalecer la integridad financiera del continente», afirmó.
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Cooperación internacional y regulación para las criptomonedas
Massaro destacó que el evento amplió el debate al incluir criptoactivos y modelos híbridos de transferencia de recursos, lo que exige nuevas metodologías de análisis y vigilancia. Según ella, el mercado de monedas virtuales aún carece de reglas sólidas, abriendo espacio para operaciones ilícitas disfrazadas de innovación financiera.
El uso creciente de monedas digitales en operaciones internacionales preocupa a las autoridades, ya que el carácter seudoanónimo y la dificultad de rastreo en la blockchain convierten a las criptomonedas en un desafío central para la Prevención del Lavado de Dinero y el Financiamiento del Terrorismo (PLD/FT).
Durante los paneles técnicos, expertos analizaron las normas de gobernanza brasileñas e internacionales, destacando el papel del Banco Central, del Coaf y del Gafilat. El encuentro no anunció nuevas alianzas, pero reafirmó el compromiso de armonizar procedimientos regulatorios y reforzar el diálogo con autoridades de seguridad financiera.
De esta forma, el consenso entre los participantes es que la frontera digital avanza más rápido que los mecanismos de control, volviéndose tan vulnerable como la física. Además, las plataformas de apuestas y los comercios electrónicos internacionales aumentan esta complejidad. Sin integración regulatoria entre países, el riesgo de lavado de dinero y evasión fiscal crece de forma alarmante.
Representantes de Brasil, Paraguay, Argentina y EE.UU., además de la GovRisk, brazo técnico del Departamento de Contraterrorismo, participaron en el encuentro. «La innovación financiera no puede avanzar separada de la responsabilidad. La frontera es un laboratorio global de lo que el mundo enfrentará en los próximos años«, concluyó Kelly Massaro.