Bitcoin, la criptomoneda más grande del mundo, podría necesitar un hard fork sin precedentes en los próximos años debido a una amenaza creciente: la computación cuántica. Según Adam Back, CEO de Blockstream, ya existe una propuesta sólida para hacer que Bitcoin sea más resistente a esta tecnología.
Según una publicación de este martes (03), la recomendación de Back se centra en el uso de SLH-DSA, una nueva forma de firma digital post-cuántica. Esta tecnología es la mejor candidata para garantizar la seguridad frente a las computadoras cuánticas. Utiliza SPHINCS+, un sistema derivado de las antiguas firmas Lamport, pero con mejoras que lo hacen más robusto y confiable desde el punto de vista criptográfico.
Para implementar esta protección, Bitcoin necesitaría adoptar una nueva estructura de direcciones, combinando el actual Taproot con Schnorr y la nueva tapleaf con SLH-DSA. Esto requeriría un hard fork, es decir, una actualización en el protocolo que divide la red. Sin embargo, la migración podría llevarse a cabo de manera gradual, sin prisa, durante años o incluso décadas.
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Bitcoin y la computación cuántica
Según Back, los usuarios no tienen que preocuparse por costos adicionales o espacio en los bloques en este momento. Además, la nueva estructura permitiría el uso normal de las firmas Schnorr, pero con la seguridad adicional ya preparada en caso de que las computadoras cuánticas se vuelvan realmente viables para romper claves criptográficas.
La advertencia de Adam Back va más allá de la técnica. Según él, muchos inversionistas reaccionan negativamente a cualquier noticia sobre avances en la computación cuántica. Esto genera pánico y fluctuaciones innecesarias en el precio de Bitcoin, causadas por desinformación o exageraciones mediáticas.
Además, sostiene que con la adopción de SLH-DSA y la nueva estructura de direcciones, la red Bitcoin podría evitar esas reacciones, mostrando al mercado que ya está preparada para el futuro. Esto fortalecería aún más la confianza de los usuarios y blindaría el activo contra las incertidumbres tecnológicas.
Back también criticó otras propuestas de seguridad cuántica, como Falcon, por basarse en premisas menos probadas. Él defiende el uso de algoritmos basados en hash, que son más conservadores y confiables.