Rebautizado como Move Industries en un intento de renovación, Movement Labs enfrenta su peor crisis. El proyecto, que recaudó 38 millones de dólares de inversores como Nomad Capital y OKX Ventures para su solución Layer 2 basada en MoveVM, vio cómo su ambición se desmoronó.
El proyecto, que prometía revolucionar la red Ethereum, se vio envuelto en un escándalo de manipulación de mercado. El token MOVE cayó abruptamente tras la revelación de un esquema que expuso graves fallas de gobernanza, lo que obligó a la empresa a cambiar no solo de nombre, sino de liderazgo.
Ascenso y caída del proyecto cripto MOVE
Todo comenzó con un lanzamiento aparentemente exitoso en diciembre de 2024. El MOVE, que debutó a 0,70 dólares, rápidamente alcanzó 1,12 dólares, alimentando el optimismo de los inversores.
Sin embargo, detrás de este ascenso se ocultaba un acuerdo cuestionable con una formadora de mercado, contratada para ayudar al proyecto, que recibió 66 millones de tokens (el 5% del suministro total) bajo condiciones que incentivaban la manipulación de precios.
El contrato – obtenido en exclusiva por CoinDesk – permitía que Rentech liquidara sus tokens tan pronto como el valor de mercado del proyecto alcanzara los 5.000 millones de dólares. Con un suministro total de 10 mil millones de tokens, bastaba que el MOVE alcanzara los 0,50 dólares para activar esta cláusula.
Manipulación de precio y venta
Como el lector atento ya sabrá, el día del TGE (Evento de Generación de Tokens), el MOVE alcanzó los 0,70 dólares, lo que autorizó la liquidación de los 66 millones por parte de Rentech.
El escándalo salió a la luz cuando Binance tomó la drástica decisión de prohibir la cuenta de Rentech en su plataforma, acusando a la empresa de «conducta inapropiada» tras una investigación interna.
El análisis de la exchange de criptomonedas reveló que el agente financiero había obtenido 38 millones de dólares con operaciones sospechosas. Inicialmente, la comunidad cripto pensó que se trataba de un caso aislado de irregularidades (los detalles del contrato secreto aún no se habían filtrado al público).
Una vez que el escándalo salió a la luz, Movement Labs intentó contener el desastre anunciando un plan de recompra de tokens. La medida tuvo un efecto inicial, estabilizando temporalmente el precio.
Sin embargo, cuando los detalles del contrato oscuro se filtraron, revelando el esquema detrás de la manipulación, cualquier vestigio de confianza en el proyecto se evaporó, y con ella, los últimos soportes del valor del MOVE se desplomaron.
Promesas, retrasos y desconfianza
Además, los continuos retrasos del airdrop (prometido en noviembre) y del lanzamiento de la Mainnet minaron aún más la confianza de la comunidad. El golpe final llegó con la deslistación del token en Coinbase, lo que prácticamente selló el destino del proyecto.
Ni siquiera la destitución del fundador Rushi Manche, identificado como el principal arquitecto del contrato que dañó el ecosistema, logró frenar la caída libre del valor del token.
El miércoles 7, en otro intento de librarse de la etiqueta de corruptos, Movement Labs cambió su nombre a Move Industries. Además, nombró al miembro fundador Torab Torabi como CEO. Will Gaines, anteriormente encargado del marketing, fue nombrado presidente.
Sin embargo, horas después, Binance clasificó el MOVE como un activo de alto riesgo y amenazó con deslistarlo. De este modo, el token estará bajo escrutinio de la exchange durante 90 días. Si la crisis no se resuelve, el MOVE corre el riesgo de ser eliminado de la plataforma de negociación y quedar enterrado antes de que la mainnet vea la luz.
En las últimas 24 horas, según CoinGecko, el precio del token MOVE subió un 2,8%, alcanzando 0,16 dólares, mostrando señales de recuperación. Sin embargo, el criptoactivo todavía acumula una caída de más del 35% en la última semana.