La Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) confirmó el 6 de junio que impondrá una restricción casi total a las empresas de criptomonedas que ofrezcan servicios de tokens digitales exclusivamente a clientes extranjeros. Aunque técnicamente no se trata de una prohibición absoluta, la exigencia de una licencia para operar en esos términos se presenta como una barrera insalvable: el regulador advirtió que, en la mayoría de los casos, no la concederá.
El nuevo marco regulatorio, que entrará en vigor el 30 de junio, forma parte de una serie de medidas adoptadas por la MAS para fortalecer la supervisión del sector. A partir de esa fecha, los proveedores de servicios de tokens de pago digital y de productos del mercado de capitales que trabajen exclusivamente con clientes no residentes deberán contar con la aprobación oficial. Según la propia autoridad, dicha licencia solo será emitida en “circunstancias extremadamente limitadas”.
La MAS justificó la medida por la dificultad de supervisar empresas radicadas en el extranjero y los riesgos asociados al lavado de dinero y la financiación del terrorismo. “No podemos supervisar eficazmente a estas entidades”, señaló el regulador en un comunicado oficial. En consecuencia, aquellas empresas que no cumplan con el nuevo requisito deberán cesar sus actividades reguladas de inmediato.
La interpretación del mercado fue inmediata. WazirX, una plataforma de intercambio de criptomonedas con base en Singapur que presta servicios principalmente en India, anunció su intención de trasladar sus operaciones a Panamá. El anuncio se conoció pocos días después de que se estableciera la fecha límite.
En opinión del abogado Hagen Rooke, socio del bufete Gibson, Dunn & Crutcher, la nueva política refleja una postura más restrictiva por parte del regulador.
“MAS solo otorgará licencias en casos excepcionales, debido a los riesgos inherentes a este tipo de modelos operativos”, escribió Rooke en una publicación en LinkedIn.
Más control sobre criptomonedas
Si bien las empresas que operan en Singapur con clientes locales ya estaban sujetas a regulación, el nuevo régimen amplía el alcance a las que atienden exclusivamente a usuarios en el extranjero. Aun así, la MAS aclaró que no todos los servicios relacionados con activos digitales serán alcanzados por esta medida.
Según el comunicado, los proveedores que trabajen únicamente con tokens considerados de utilidad o gobernanza, y no como instrumentos de pago o inversión, no estarán obligados a obtener licencia. Este matiz, sin embargo, no alivia el impacto general sobre el sector, que percibe la medida como una señal de endurecimiento regulatorio.
Las nuevas reglas llegan en un momento en que el interés por las criptomonedas en Singapur está en aumento. De acuerdo con una encuesta publicada en mayo, el 94% de los residentes afirmó conocer al menos un activo digital. No obstante, el creciente conocimiento ciudadano no se ha traducido en una postura más permisiva por parte del Estado.
La decisión de MAS se alinea con una estrategia más amplia de Singapur para posicionarse como un centro financiero moderno y seguro, sin renunciar al control sobre las actividades que puedan representar riesgos sistémicos. Aunque el país ha sido históricamente abierto a la innovación financiera, las recientes quiebras de empresas del sector y los casos de fraude internacional han llevado a una reevaluación de su política hacia las criptomonedas.
Con esta decisión, la MAS pretende evitar que Singapur se convierta en una base operativa para actores internacionales que escapen a la supervisión regulatoria.