Una nueva propuesta técnica ha reavivado el debate más delicado dentro de la comunidad de Bitcoin: modificar las reglas de consenso de la blockchain. Un desarrollador anónimo, bajo el seudónimo Dathon Ohm (que muchos creen que podría ser Luke Dash Jr.), publicó en GitHub la idea de un “Soft Fork temporal para reducir datos”.
La propuesta, presentada en la Bitcoin Dev List, tiene como objetivo limitar la inclusión de metadatos y contenidos no monetarios en las transacciones de la blockchain. Esto incluye imágenes, textos y archivos incorporados mediante OP_RETURN.
Un Soft Fork es una actualización que modifica las reglas de consenso, pero mantiene compatibilidad con versiones anteriores. En teoría, solo una parte de los nodos necesita adoptarla para que el cambio entre en vigor. Sin embargo, en este caso, la propuesta podría provocar diferencias profundas en la validación de los bloques.
El motivo está en la naturaleza del ajuste. La iniciativa busca invalidar temporalmente ciertos tipos de transacciones para evitar que los usuarios inserten datos ilegales o no deseados en la blockchain. Si se implementa, bloquearía los bloques que contengan scripts públicos (scriptPubKeys) mayores de 34 bytes, excepto aquellos que comiencen con OP_RETURN, que podrían tener hasta 83 bytes.
Además, el Soft Fork prohibiría cualquier carga de datos superior a 256 bytes e invalidaría las versiones de Taproot no reconocidas por BIP-141 y BIP-341. Estas restricciones se aplicarían desde el bloque 934,864 (previsto para el 1 de febrero de 2026) hasta el bloque 987,424 (1 de febrero de 2027).
Actualización en Bitcoin
El problema, según varios desarrolladores, es que la propuesta podría obligar a nodos y mineros a elegir entre aceptar las nuevas reglas o continuar validando los bloques antiguos, lo que crearía dos versiones temporales de la red Bitcoin. Este escenario generaría riesgo de reorganización, en el que bloques válidos serían rechazados de forma retroactiva.
La idea de invalidar bloques ya minados provocó una fuerte reacción. Para muchos especialistas, este mecanismo podría debilitar la confianza global en la inmutabilidad de la blockchain, uno de los pilares fundamentales de Bitcoin desde su creación.
La polémica surgió después del lanzamiento de Bitcoin Core v30, que amplió el límite del campo OP_RETURN a 100 mil kilobytes. Este cambio permitió almacenar imágenes, textos y datos no financieros, abriendo espacio para usos como Ordinals e Inscriptions (formas de NFTs nativos dentro de la blockchain).
Sin embargo, con la expansión también surgieron preocupaciones legales y éticas. Si las transacciones incluyen material ilegal, los operadores de nodos que almacenan la blockchain completa podrían ser responsables legales por mantener ese contenido. La nueva propuesta busca limitar esta exposición, pero el remedio podría ser peor que la enfermedad.
Un dilema para el futuro de Bitcoin
El autor sugiere dos posibles formas de activación. La primera, proactiva, sería programada para 2026, con reglas que entrarían en vigor automáticamente si no se detecta contenido ilícito. La segunda, reactiva, permitiría una reorganización retroactiva de la cadena para eliminar bloques con datos ilegales —algo sin precedentes en la historia de Bitcoin.
Según analistas, esta segunda opción es la más peligrosa. Reorganizar bloques ya minados rompería la continuidad histórica de la blockchain, podría invalidar transacciones legítimas y afectar la liquidez global. Además, los exchanges y custodians tendrían que redefinir sus políticas de validación, lo que generaría inestabilidad operativa y pánico entre los inversionistas.
A pesar de las críticas, el autor de la propuesta argumenta que la medida es necesaria para proteger a los operadores de nodos y preservar la reputación de la red. Sin embargo, admite que el Soft Fork podría causar divisiones temporales e impactos severos en el consenso.


