En su primera rueda de prensa tras asumir como el 47º presidente de los Estados Unidos, Donald Trump declaró que desconocía detalles sobre la memecoin Trump (TRUMP), lanzada bajo su marca.
La declaración generó especulaciones sobre su postura respecto a posibles intereses comerciales durante su mandato. Al ser cuestionado sobre si continuaría promoviendo productos que pudieran beneficiarlo económicamente, Trump respondió de manera vaga:
«Bueno, no sé si hubo beneficio. No sé dónde está. No sé mucho al respecto, salvo que escuché que fue un gran éxito. No lo he revisado.»
La respuesta surgió luego de que periodistas señalaran que el token ya había alcanzado una capitalización de mercado de 8.000 millones de dólares. Después de llegar a un precio máximo de 77 dólares, la criptomoneda sufrió una caída del 30%. Sin embargo, el token se recuperó rápidamente y actualmente se cotiza a 41,9 dólares, según datos de CoinGecko.
Memecoin de Trump
Al ser informado sobre el valor multimillonario de la memecoin, Trump minimizó la importancia del proyecto, calificándolo como una «nimiedad» en comparación con los 500.000 millones de dólares en inversiones tecnológicas que estaba anunciando junto a ejecutivos de SoftBank, OpenAI y Oracle.
Además de la memecoin de Trump, la primera dama Melania Trump lanzó recientemente su propia criptomoneda basada en la red Solana. Este activo ha acumulado una capitalización de mercado superior a los 600 millones de dólares, con un precio actual de 4,09 dólares y una valorización del 18% en las últimas 24 horas.
El involucramiento de la familia Trump con criptomonedas plantea preguntas sobre posibles conflictos de interés y la utilización de su posición presidencial para obtener beneficios personales. Esto resulta especialmente relevante dado que el presidente está vinculado a múltiples proyectos relacionados con el sector cripto.
Hasta ahora, no hay indicios de que Trump planee desvincularse de sus negocios privados, lo que preocupa a analistas políticos y ciudadanos que exigen transparencia y ética en la gestión gubernamental.
En este contexto, una de las grandes interrogantes para los próximos años será cómo Trump logrará equilibrar una regulación seria de las criptomonedas durante su mandato con sus propios intereses personales.