Un informe de Junior Achievement Argentina afirmó que los jóvenes argentinos aumentaron su inclusión financiera. El documento, en colaboración con Centro de Evaluación de Políticas Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella, realizó un reporte entre 2022 y 2024.
Durante ese periodo la exclusión financiera de los jóvenes se redujo en gran medida, pasando del 41% al 9%, facilitada principalmente por la expansión de las billeteras digitales (aumentaron del 51% al 89%, en penetración). Este cambio fue un quiebre en la manera de relacionarse de los jóvenes con el sistema financiero.
El impacto de las billeteras digitales
El estudio indicó que la inclusión no necesariamente se traducía en mayor educación financiera o en mejores prácticas.
En efecto, el uso de billeteras digitales fomentaba el acceso a servicios financieros, y de hecho, el 50% de los adolescentes encuestados en 2024 consideraba a las billeteras digitales como el medio de pago más frecuente. Pero tener una billetera digital no supuso mejoras en cuanto a los niveles de ahorro, confianza en el manejo del dinero o conocimientos financieros.
La digitalización financiera también introdujo nuevos riesgos. Entre ellos, y uno de los más frecuentes, son las apuestas virtuales, que no discriminan niveles socioeconómicos.
Las estafas virtuales también fueron un problema persistente (si bien la mayoría de los jóvenes tenían las herramientas para detectarlas, eran pocos los que hacían algo al respecto).
Brechas socioeconómicas y de género
El informe también diferenciaba brechas de género, de las cuales las mujeres han ido ganando terreno por sobre los hombres. Actualmente, sólo un 37% del núcleo de jóvenes argentinas cree no poder contar con herramientas de conocimiento financiero.
No obstante, el factor vulnerabilidad socioeconómica si es un indicador a mejorar. Según el informe, 6 de cada 10 adolescentes de niveles socioeconómicos bajos seguían usando efectivo como medio de pago más frecuente por tradición y hábitos.
Los datos del informe concluyen que el conocimiento financiero era proporcionalmente menor en los niveles socioeconómicos bajos, obstaculizando las visiones y proyecciones futuras de los jóvenes de dicho segmento.
Se considera como potenciales actores sobre la educación financiera a los padres y las escuelas. La mayoría de los jóvenes decía tener interés en aprender a manejar mejor su dinero, mientras que 8 de cada 10 consideraron la educación financiera y económica como asignaturas importantes en la escuela.
Asimismo, 6 de cada 10 jóvenes afirmaron que seguirían los consejos de inversión de las redes sociales.