La reciente declaración de la ley marcial en Corea del Sur ha provocado una alta volatilidad en el mercado de criptomonedas, afectando significativamente a los principales activos digitales. Mientras que criptomonedas tradicionales como Bitcoin (BTC) y XRP registraron caídas pronunciadas, memecoins como $SHIB comenzaron a mostrar un rendimiento positivo. Este comportamiento sugiere que la naturaleza descentralizada y menos regulada de las memecoins podría resultar atractiva para los inversores coreanos.
La situación inició con una liquidación masiva en las principales plataformas de intercambio surcoreanas, como Upbit y Bithumb, que reportaron volúmenes de negociación superiores a $30 mil millones. Esta venta generalizada fue impulsada por la incertidumbre política y económica, lo que llevó a una caída en los precios de criptomonedas consolidadas. Por ejemplo, Bitcoin llegó a cotizar a $63,000 en estas plataformas.
Otra criptomoneda afectada fue XRP, ampliamente adoptada por bancos coreanos como una solución de pago eficiente. Antes del anuncio de la ley marcial, XRP se cotizaba a $2.70, pero su precio cayó a $2.50 tras la noticia y continuó bajando hasta $2.42 en los días siguientes. Ante la incertidumbre política, muchos inversores están migrando hacia tokens con mayor descentralización, como las memecoins.
Un ejemplo destacado es $SHIB, que cuenta con una sólida comunidad en Corea del Sur. Esta memecoin, lanzada en 2020, experimentó una recuperación en su precio, alcanzando ₩0.0412 desde los ₩0.039 al inicio del día, lo que representa un aumento del 5% en las últimas 24 horas.
Impacto de la crisis política en el futuro del país
La crisis política también está teniendo un impacto significativo en el desarrollo tecnológico de Corea del Sur. Varias startups de blockchain han comenzado a trasladar sus operaciones al extranjero, poniendo en riesgo la competitividad del país en esta industria emergente.
Por ejemplo, Nexpace, la división de blockchain de Nexon, se trasladó a Abu Dabi; Klaytn y Kaia Foundation de LINE Finschia se reubicaron en Singapur; y Wemix, de Wemade, se estableció en Dubái. En un contexto en el que las tecnologías Web3 y blockchain avanzan rápidamente, la fuga de talentos podría tener consecuencias negativas a largo plazo para Corea del Sur.
Además, los conflictos políticos también están retrasando la aprobación de legislaciones cruciales. Iniciativas como la Ley de Protección al Usuario de Activos Virtuales, actualmente en debate en la Asamblea Nacional, han quedado relegadas. Este retraso podría complicar aún más la regulación del mercado de criptomonedas en Corea del Sur.