Un nuevo estudio de la Alternative Investment Management Association (AIMA) reveló un cambio significativo en la postura de los fondos de cobertura hacia el mercado de criptomonedas. Según los datos publicados por Bitcoin Archive, el 71% de los fondos estadounidenses planean ampliar su exposición a Bitcoin y otros activos digitales en 2026.
El resultado marca un salto notable en comparación con años anteriores: en 2023, solo el 46% de los gestores expresaban esa intención, y en 2024 la cifra era del 33%. Ahora, con más de dos tercios del sector dispuestos a invertir, el panorama apunta a una transformación estructural en el apetito institucional por los activos digitales.
Solo el 29% de los fondos afirmaron que mantendrán sus niveles actuales de asignación, lo que refuerza el movimiento de integración de Bitcoin en los portafolios tradicionales. Esta transformación refleja no solo el maduramiento del mercado, sino también la mayor claridad regulatoria en Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con analistas, la aprobación y expansión de los ETF de Bitcoin al contado en EE. UU. ha sido clave para esta nueva ola de interés. Estos instrumentos ofrecen una exposición regulada y transparente, eliminando la necesidad de custodia directa y reduciendo el riesgo operativo.
Los fondos ven a Bitcoin como protección y oportunidad
Otro factor que fortaleció el optimismo es el comportamiento de Bitcoin tras el halving. Aun con la reciente corrección, en la que el activo cayó a 99.500 USD, mantiene una volatilidad controlada y una correlación cada vez menor con el mercado de valores. Este contexto hace que el activo sea más atractivo como herramienta de protección frente a la inflación y diversificación del portafolio.
El aumento de la liquidez global y el avance de marcos regulatorios como el MiCA (Markets in Crypto-Assets) en la Unión Europea también han contribuido a incrementar la confianza. En conjunto, estos factores están convirtiendo a Bitcoin en un activo no solo especulativo, sino también estratégico dentro de las carteras institucionales.
Así, la tendencia indica que el próximo año será decisivo para el crecimiento de la presencia institucional en el mercado cripto. La entrada coordinada de fondos de cobertura, bancos y gestores de patrimonio debería ampliar significativamente la demanda y, en consecuencia, influir en la trayectoria del precio de Bitcoin.
Con la mayor adopción institucional y el fortalecimiento de la infraestructura regulatoria, 2026 podría consolidar a Bitcoin como el principal activo alternativo del sistema financiero global. Para muchos gestores, la criptomoneda ha dejado de ser una simple apuesta: ahora es una parte esencial de una estrategia de largo plazo.


