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Presión de Estados Unidos podría cambiar la regulación global de bancos y criptomonedas

Presión de Estados Unidos podría cambiar la regulación global de bancos y criptomonedas

En un movimiento que podría redefinir el futuro de las finanzas digitales, Estados Unidos está liderando una presión internacional para forzar la revisión de las normas globales que regulan a los bancos en relación con las criptomonedas. El objetivo de esta disputa es el Comité de Basilea, el principal foro de regulación bancaria mundial, y la razón es el crecimiento explosivo y la regulación local de las stablecoins, que han vuelto obsoletas las reglas actuales, concebidas en 2022.

Según información de Bloomberg, las autoridades estadounidenses argumentan dentro del comité que las directrices actuales son incompatibles con la evolución de la industria. La regla más controvertida impone una carga de capital del 1.250% para los criptoactivos “sin permiso”, categoría que incluye stablecoins consolidadas en el mercado como USDC y USDT. En la práctica, esto obliga a los bancos a mantener un capital de 12,5 millones de dólares por cada millón de dólares en stablecoins, lo que hace que la actividad sea económicamente inviable.

Regulación global de bancos y criptomonedas

La presión de Estados Unidos no es un caso aislado en la historia del Comité de Basilea. El grupo tiene un historial de adaptación a innovaciones de mercado que representan riesgos sistémicos. Tras la crisis financiera de 2008, el Basilea III introdujo reglas históricas de liquidez (LCR y NSFR) para evitar colapsos como el de Lehman Brothers.

De forma similar, el crecimiento exponencial del mercado de derivados obligó a Basilea a crear reglas específicas para medir el riesgo de contraparte (el SA-CCR). La regulación del shadow banking fue otro hito de adaptación. La revisión sobre las criptomonedas sigue, por tanto, un patrón conocido: surge una innovación financiera, se evalúa el riesgo y la regulación global se actualiza.

El contexto actual, sin embargo, es de divergencias. Mientras Estados Unidos, apoyado por países como Singapur, que ya pospuso su implementación por un año, presiona por cambios, el Banco Central Europeo (BCE) prefiere aplicar las reglas actuales y solo después considerar una revisión. El Banco de Inglaterra, por su parte, muestra cautela, afirmando que continúa trabajando en su marco regulatorio y buscando consistencia internacional.

El núcleo del problema es que las stablecoins, especialmente después de la regulación bajo la “Ley Genius” en Estados Unidos, son vistas como activos de bajo riesgo cuando están debidamente respaldadas, normalmente por reservas en efectivo y bonos del gobierno. No obstante, la regla actual de Basilea las trata con la misma severidad que al Bitcoin, ignorando esa diferencia fundamental en su perfil de riesgo.

El desenlace de esta presión estadounidense será crucial. Si tiene éxito, abrirá la puerta para que los bancos integren stablecoins y otros servicios cripto de manera segura y regulada, impulsando la innovación.

Si la resistencia de entidades como el BCE prevalece, la implementación de un estándar global fragmentado podría crear asimetrías competitivas y retrasar la adopción institucional. Una vez más, Basilea se encuentra en el centro de la evolución entre el sistema financiero tradicional y las fronteras digitales.