Bitcoin ha construido una reputación de resistencia a lo largo de los años, pero su trayectoria también está marcada por momentos de colapsos históricos que sacudieron al mercado financiero global. Desde ataques informáticos hasta prohibiciones gubernamentales, cada caída dejó huellas profundas y redefinió el comportamiento de los inversores.
Todo comenzó en junio de 2011, cuando el famoso caso Mt. Gox registró la peor caída en la historia de Bitcoin. Un ataque hacker hizo que el precio de la criptomoneda se desplomara un 99,9%, llegando a cotizarse por solo unos pocos centavos. En ese momento, la plataforma concentraba cerca del 90% de las operaciones con BTC y, cuando el atacante vendió todo de una vez, prácticamente borró su valor de mercado. Los hackers robaron 840.000 bitcoins, una cantidad que hoy equivaldría a más de USD 94.000 millones.
Dos años después, en abril de 2013, la misma Mt. Gox sufrió otro colapso. Un ataque de denegación de servicio (DDoS) derribó el sistema y causó pánico entre los inversores. En solo un día, el precio de Bitcoin cayó de USD 265 a USD 150, una pérdida del 43%. La inestabilidad abrió espacio para los especuladores, que aprovecharon la volatilidad para obtener ganancias con la caída.
Ese mismo año, Bitcoin enfrentó su primer gran choque proveniente de China. En aquella ocasión, el Banco Central chino prohibió a las instituciones financieras operar con criptomonedas, alegando riesgos para la estabilidad económica. El precio, que había superado los USD 1.200, se redujo a la mitad en solo dos días. Además, este episodio marcó el inicio de una relación tensa entre Pekín y el sector cripto, que se repetiría en varias ocasiones a lo largo de la década.
Caídas del Bitcoin
En 2017, otra ofensiva china contra las criptomonedas provocó una caída del 25% en Bitcoin, luego de que el gobierno prohibiera las ICOs y obligara al cierre de las principales exchanges del país. Ese mismo año, la euforia por los futuros de Bitcoin generó una nueva burbuja: en diciembre, el precio cayó de USD 16.500 a USD 11.000 en solo 24 horas, una pérdida del 33%.
Además, el colapso más emblemático de la era reciente ocurrió en marzo de 2020, durante el inicio de la pandemia de COVID-19. En apenas un día, Bitcoin perdió casi la mitad de su valor, cayendo de USD 8.000 a cerca de USD 4.850, en el episodio conocido como “Jueves Negro” (Black Thursday).
Poco más de un año después, en mayo de 2021, llegó el “Miércoles Negro” (Black Wednesday), cuando China volvió a prohibir la minería y las transacciones con criptomonedas. El precio del BTC se desplomó un 30% en solo 12 horas, bajando de USD 43.000 a USD 30.000, lo que desencadenó liquidaciones masivas.
Las crisis no terminaron allí. En junio de 2022, la plataforma Celsius congeló los retiros y sumió al mercado en pánico, provocando una caída del 15% en Bitcoin. Y en noviembre del mismo año, el colapso de FTX se convirtió en uno de los capítulos más oscuros de la historia cripto, haciendo que el BTC cayera más del 17% en un solo día.