Las monedas estables vinculadas al dólar estadounidense, como USDT (Tether) y USDC (Circle) están ganando fuerza en México, ya que la adopción por parte de los usuarios es de un 36%.
Este auge, impulsado por remesas y pagos transfronterizos, reduce costos en un 24% promedio y posiciona al país como puente clave entre finanzas tradicionales y digitales, en un contexto de inflación al 4,21% anual en diciembre de 2024, según los datos de un nuevo informe de la empresa Sherlock Communications.
De esa manera, México es parte de la tendencia que se está produciendo en Latinoamérica, donde las stablecoins representan el 46% de las compras de criptomonedas en 2025, un salto desde el 30% en comparación con las cifras de 2023. Se trata de un resurgimiento digital del dólar en la región como forma de preservar los ahorros y buscar alternativas más estables.
Los mexicanos deben disminuir algunas brechas
Pese a que México ocupa el segundo lugar en recepción de remesas con el 10% del total global en 2023, y es uno de los países con mayor adopción de criptomonedas de América Latina, aún enfrenta brechas persistentes en inclusión financiera.
Solo el 68% de la población mayor de 18 años accedió a productos financieros en 2021, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF). Por su parte, la inflación, que se desplomó de 7,9% en 2022 a 4,21% en 2024 (datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía), no elimina la desconfianza en el peso, volátil ante fluctuaciones del dólar.
En este contexto, las stablecoins como USDC y USDT surgen como refugio rápido, facilitando transferencias instantáneas sin intermediarios. El activo de Circle acaparó el 25% de las compras de criptomonedas, mientras que el de Tether el 11% en el primer semestre de 2025. Aun así estas cifras siguen por debajo del promedio regional del 46%, aunque duplican el uso en remesas institucionales respecto a la segunda mitad de 2024.
Aun así, más del 50% de los usuarios mexicanos siguen sin poder tener acceso a los activos digitales, en gran medida por el riesgo que implicaría y la falta de regulación. Cabe destacar que la moneda local en efectivo sigue muy arraigada en la cultura del país y la baja comprensión de los usos de los activos siguen poniendo freno al crecimiento criptográfico en el territorio azteca.