La Fundación Ethereum anunció una estrategia ambiciosa para transformar la privacidad en uno de los pilares de su evolución. En medio del crecimiento del ecosistema Web3, la fundación publicó una nueva hoja de ruta que busca convertir la privacidad en una característica esencial tanto en la capa de aplicación como en la infraestructura del protocolo.
Los desarrolladores afirman que, sin una privacidad sólida, Ethereum corre el riesgo de convertirse en una plataforma de vigilancia, lo que comprometería la misión original de la red. Según el documento, si la blockchain no garantiza un nivel adecuado de confidencialidad, usuarios e instituciones podrían migrar hacia otras soluciones, reduciendo la relevancia del proyecto.
Por ello, la fundación decidió otorgar mayor protagonismo al grupo Privacy and Scaling Explorations (PSE), que ahora actúa como administrador de la privacidad del protocolo. El plan fue estructurado en tres frentes principales.
La primera, denominada escritos privados, busca permitir que transacciones o votaciones ocurran de manera confidencial, sin aumentar costos ni perjudicar la velocidad de la red. La segunda, conocida como lecturas privadas, pretende garantizar que los usuarios consulten información sin exponer identidad o intención, reforzando el sigilo en consultas e interacciones.
Finalmente, la tercera frente, llamada prueba privada, quiere hacer que la generación y verificación de pruebas sea más rápida, accesible y discreta, creando condiciones para la portabilidad de datos y su validación dentro y fuera de la blockchain.
Entre las medidas de corto plazo, el plan prevé herramientas para transferencias privadas, informes sobre votaciones con sigilo, grupos de trabajo sobre privacidad institucional en DeFi y protocolos orientados a la computación privada. La fundación prometió que todo el proceso contará con métricas públicas y retroalimentación continua, fomentando la participación de desarrolladores y entidades interesadas.
Fundación Ethereum pone la privacidad en el centro
La apertura de la iniciativa muestra que la estrategia no se limita únicamente a la comunidad cripto. Al incluir gobiernos e instituciones como parte central del proyecto, la fundación reconoce que la adopción a gran escala depende de la confianza de los reguladores. La participación de organismos oficiales en grupos de trabajo y foros públicos puede tender puentes entre Ethereum y el sistema financiero tradicional.
La propuesta también dialoga con las ideas de Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, quien en abril presentó planteamientos para reforzar pagos privados, anonimato parcial en aplicaciones y protección en consultas RPC. La nueva hoja de ruta no sustituye esa visión, sino que la complementa con soluciones prácticas aplicables en el corto y mediano plazo.
De esta manera, la Fundación Ethereum busca equilibrar intereses. Por un lado, refuerza su identidad como red orientada a la libertad y la privacidad de los usuarios. Por otro, reconoce que gobiernos e instituciones financieras requieren estándares claros de protección de datos antes de adoptar cualquier tecnología a gran escala.
El éxito de este plan dependerá de la capacidad de atraer tanto a desarrolladores independientes como a grandes organizaciones, creando un ecosistema donde privacidad y conformidad avancen de la mano.