Hasta el 18 de julio, el Congreso de los Estados Unidos está llevando a cabo la «Crypto Week», una serie de votaciones y debates sobre tres proyectos de ley que podrían cambiar el rumbo del sector. Por primera vez, los legisladores discuten simultáneamente las reglas para las stablecoins, la regulación de activos digitales y la prohibición de monedas digitales emitidas por bancos centrales.
El GENIUS Act propone una estructura clara para las stablecoins. El texto establece que los emisores deben mantener reservas en dólares o bonos del gobierno en una proporción 1:1, además de seguir auditorías estrictas. La idea es evitar nuevos colapsos como el de la TerraUSD, que desestabilizó el mercado en 2022. El Senado ya aprobó el texto con amplia mayoría en junio, y la Cámara de Representantes está intentando aprobar el proyecto esta semana, aunque enfrenta resistencia de parte de la base republicana.
Por su parte, el CLARITY Act define las fronteras entre lo que es un título (security) y lo que es una commodity en el universo de los criptoactivos. Esto es de particular interés para plataformas como Coinbase y protocolos como Uniswap, que operan bajo una constante incertidumbre regulatoria. Con reglas más claras, estas empresas podrían innovar sin temor a sanciones, atrayendo más usuarios y capital institucional.
El tercer proyecto, el Anti-CBDC Act, propone prohibir que la Reserva Federal cree una moneda digital estatal. Los legisladores argumentan que una CBDC representaría un riesgo para la privacidad de los ciudadanos, ya que el gobierno tendría acceso directo a todas las transacciones financieras. La propuesta aún espera una fecha para la votación, pero su simple avance en el debate ya fortalece el discurso a favor de la descentralización.
Semana de las criptomonedas en EE. UU.
Mientras las leyes avanzan en el Congreso, el mercado reacciona con optimismo. El volumen de entradas en ETFs de Ethereum, que sumó 850 millones de dólares (aproximadamente 790 millones de euros) la semana pasada, muestra que los inversores apuestan por una mayor seguridad jurídica en el futuro cercano. El sector de las stablecoins también está ganando fuerza, con empresas como PayPal, Visa y Circle explorando nuevas soluciones de pagos globales.
La regulación promete abrir el camino para que gigantes del comercio minorista, como Amazon y Walmart, integren las stablecoins en sus operaciones. Este movimiento también beneficia a protocolos DeFi como Aave y Curve, que dependen de estas monedas para proporcionar liquidez.
Al mismo tiempo, las exchanges, tanto centralizadas como descentralizadas, se preparan para un nuevo ciclo de crecimiento. Con costos de cumplimiento más bajos y directrices claras, estas plataformas podrán competir con el sistema financiero tradicional en igualdad de condiciones.
Además, los proyectos favorecen la entrada de fondos institucionales, la proliferación de startups en blockchain y el crecimiento de iniciativas en Web3, NFTs e identidades descentralizadas. La comparación con la Unión Europea es inevitable: mientras el bloque apuesta por regulaciones más restrictivas, EE. UU. avanza hacia un modelo más flexible y a favor de la innovación.
Regulación pro-cripto
A largo plazo, el mercado también observa con atención el impacto del Anti-CBDC Act. Con esta medida, el Congreso señala que el futuro de las finanzas digitales debe seguir estando en manos de la sociedad y no del gobierno. Este mensaje podría atraer aún más a los entusiastas de Bitcoin, Monero y otras monedas privadas, consolidando a los Estados Unidos como un refugio para criptoactivos descentralizados.
Parece que la Crypto Week marca un punto de inflexión histórico. La regulación, que a menudo se temía en el mercado, ahora surge como el puente entre la innovación y la institucionalización. Con reglas claras, el sector podría abandonar la etiqueta de «Lejano Oeste digital» y trazar un camino hacia un crecimiento sostenible.