En una rueda de prensa el viernes (27), el presidente de EE. UU., Donald Trump, evitó responder directamente si estaría dispuesto a deshacerse de sus inversiones personales en criptomonedas para facilitar la aprobación de legislaciones favorables a las criptos en el Congreso. En lugar de eso, Trump defendió su papel en el desarrollo del sector en EE. UU., argumentando que, sin su influencia, China dominaría el mercado.
Trump y las criptomonedas
Cuando el reportero Sander Lutz de Decrypt le preguntó sobre la posibilidad de distanciarse de sus negocios en criptomonedas para evitar conflictos de interés, Trump respondió de manera evasiva, destacando que su familia también invierte en el sector, pero que su enfoque como presidente fue fortalecer la industria estadounidense.
«No me importa… Tengo a mis hijos, y ellos invierten en cosas diferentes. Ellos creen en esto», dijo Trump. «Pero, como presidente, lo que hice fue construir una industria muy importante. Y si no hubiéramos hecho esto, China lo habría hecho.»
El comentario del presidente refuerza uno de los argumentos detrás del apoyo de los republicanos al sector. Según este grupo, EE. UU. debe liderar la innovación en criptomonedas para evitar que potencias rivales, como China, tomen el control del sector.
Presión de los demócratas
En los últimos meses, los legisladores demócratas han criticado las inversiones de Trump en criptomonedas, argumentando que representan un conflicto de interés y pueden influir en sus decisiones políticas. Algunos han amenazado con retirar su apoyo a proyectos de ley que regulan el mercado de activos digitales si el presidente no se deshace de sus inversiones.
Sin embargo, Trump parece poco preocupado por las acusaciones. Afirmó que ya estaba involucrado en Bitcoin antes de decidir postularse nuevamente a la presidencia en 2023.
«Me involucré antes de decidir postularme», dijo. «Estaba en Bitcoin en ese momento, sin saber si haría una tercera campaña.»
La renuencia de Trump a desprenderse de sus inversiones podría complicar las negociaciones en el Congreso, donde los proyectos de ley pro-cripto dependen del apoyo bipartidista. Mientras que los republicanos tienden a apoyar un enfoque más flexible, los demócratas presionan por mayor transparencia y regulación.
Mientras tanto, el presidente continúa posicionando las criptomonedas como una cuestión de soberanía nacional, insistiendo en que EE. UU. debe mantener el liderazgo tecnológico frente a la competencia global. Sin embargo, si esta estrategia será suficiente para garantizar avances legislativos, aún está por verse.
El debate debería intensificarse en los próximos meses, especialmente con las elecciones de 2026 acercándose y el sector de las criptomonedas convirtiéndose en uno de los actores clave para elegir nuevos diputados y senadores. Por ahora, Trump mantiene su postura: EE. UU. no puede quedarse atrás.