La minería de Bitcoin ha entrado en una nueva era. A comienzos de abril de 2025, la red alcanzó un hito histórico: superó por primera vez 1 Zetahash por segundo (1.000 EH/s), entrando oficialmente en la llamada “era Z” de la minería. Al mismo tiempo, la dificultad de minado de Bitcoin se disparó hasta los 121,63 T, estableciendo un nuevo récord y generando alertas entre los mineros.
La dificultad en la red indica cuán complejo es para los mineros encontrar un bloque válido. Cuanto más alta es esta cifra, mayor es el consumo energético necesario y más avanzado debe ser el hardware utilizado. Esto deja en una posición complicada a quienes aún emplean equipos antiguos o pagan precios elevados por electricidad, ya que enfrentan márgenes de ganancia cada vez más estrechos o incluso pérdidas directas.
Según el modelo de MacroMicro, el 9 de abril, el coste medio de producción de un solo Bitcoin era de aproximadamente 89.076 dólares (unos 83.000 euros), mientras que el precio de mercado rondaba los 82.573 dólares (alrededor de 77.000 euros). Esto arroja una relación coste/precio de 1,08, una señal clara de que muchos mineros están operando por debajo del punto de equilibrio.
Esta diferencia afecta especialmente a las empresas pequeñas y medianas que todavía dependen de equipos ASIC antiguos y funcionan en regiones con electricidad costosa. A medida que aumenta la dificultad, muchas de estas operaciones menos eficientes podrían verse obligadas a desconectar temporalmente sus máquinas o incluso abandonar la red.
Entre los días 5 y 11 de abril, la tasa de hash de la red mostró grandes fluctuaciones, oscilando entre 753 EH/s y 1.035 EH/s. Esta volatilidad refleja que los mineros están explorando nuevos límites operativos y ajustando sus estrategias rápidamente. En muchos casos, desconectan equipos durante las horas de mayor coste eléctrico o reestructuran su actividad para mantener la rentabilidad.
No obstante, esta fase de inestabilidad parece estar dando paso a una cierta estabilización. El 11 de abril, la tasa media se situó en torno a los 850 EH/s, lo que sugiere que el mercado ha encontrado un nuevo punto de equilibrio temporal, aunque todavía bajo fuerte presión.
El aumento de la dificultad también obliga a las mineras a invertir en hardware más eficiente y trasladarse a zonas con electricidad más económica. La estructura de la red está cambiando: solo las operaciones con buen rendimiento técnico y gestión energética eficaz podrán seguir siendo rentables.
La combinación de una dificultad elevada con un precio de Bitcoin inferior al coste medio de producción plantea un escenario complejo. Aun así, los grandes actores del sector mantienen su apuesta por la minería, convencidos de que futuros ajustes en la dificultad podrían aliviar parte de la presión si las operaciones menos eficientes abandonan la red.
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