Las autoridades de Argentina detuvieron a cinco personas en Santa Fe por su presunta implicación en un fraude relacionado con Worldcoin. Según los informes, los sospechosos intentaron hackear el escaneo de iris de los residentes locales a cambio de criptomonedas o dinero en efectivo. La operación tuvo lugar en el estacionamiento de la Feria del Litoral, un evento comercial de gran importancia en la región.
Las detenciones se llevaron a cabo tras el comportamiento sospechoso del grupo, según relataron agentes de seguridad. Los arrestados, tres mujeres de 36, 32 y 19 años, y dos hombres de 40 y 36 años, ofrecían recompensas digitales a cambio de datos biométricos de los transeúntes.
Las autoridades identificaron que los detenidos imitaban la estrategia de Worldcoin, que utiliza el escaneo del iris para el registro de identidad digital. Sin embargo, se sospecha que el grupo tenía la intención de utilizar estos datos con fines ilícitos. Los sospechosos fueron trasladados a la 8ª Comisaría de Policía de la provincia de Santa Fe para verificar sus antecedentes.
Durante el operativo, la policía incautó 29 teléfonos móviles, un automóvil y 600.000 pesos argentinos (aproximadamente 650 dólares en efectivo). Las autoridades no especificaron qué dispositivos utilizaban para el escaneo del iris.
Mientras tanto, en Brasil, el Gobierno Federal, a través de la Autoridad Nacional de Protección de Datos (ANPD), ordenó la suspensión del pago de Worldcoin por la recopilación de datos biométricos.
El 11 de noviembre, la Coordinación General de Fiscalización de la ANPD inició un proceso de investigación (nº 00261.006742/2024-53) para analizar el tratamiento de los datos biométricos de los usuarios dentro del proyecto World ID. En enero, se determinó la suspensión de la actividad.
La ANPD subrayó que los datos biométricos, como la retina, el iris, las huellas dactilares y la estructura facial, son información altamente sensible y requieren un régimen estricto de protección legal.
La recopilación de datos biométricos genera preocupación por la privacidad y la seguridad, ya que, a diferencia de las contraseñas, los datos del iris no pueden modificarse en caso de robo, lo que hace a las víctimas más vulnerables a fraudes.
Estudios señalan que la biometría del iris tiene una tasa de error de 1 en 10 millones y se emplea en instalaciones de alta seguridad. Si esta información cae en manos equivocadas, existe un alto riesgo de filtraciones y usos indebidos.
Casos como este refuerzan la necesidad de regulación y protección de los datos biométricos para prevenir fraudes y delitos cibernéticos en el futuro.
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